Mientras algunos siguen llorando por la caída del viejo régimen, las cifras no mienten: los más desprotegidos del país hoy tienen más dinero en el bolsillo que hace seis años. Así lo revelan los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, publicados esta semana por el INEGI.
Durante el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), el 10% más pobre de la población vió un aumento de 1,468 pesos mensuales en su ingreso, lo que representa un crecimiento del 35.5%. Su ingreso promedio mensual pasó de 4,131 a 5,598 pesos. Pero lo más importante: ese aumento vino del trabajo, no de la “mano mágica” del mercado.
El ingreso laboral mensual en este sector creció un asombroso 53%, al pasar de 2,101 a 3,216 pesos. Y eso no fue todo: las pensiones subieron 11.1%, las becas se duplicaron (de 397 a 800 pesos al mes, un alza del 101.3%) y los programas sociales aumentaron un 99.1%, alcanzando los 2,110 pesos mensuales.
El siguiente grupo más pobre (el segundo decil) también se benefició: su ingreso mensual subió de 7,297 a 9,432 pesos, un crecimiento del 29.3%. Los apoyos del gobierno en este grupo también se duplicaron, y aunque las becas bajaron ligeramente, el ingreso por trabajo y pensiones subió con fuerza.
“Primero los pobres” no fue discurso, fue política de Estado
Los datos de la ENIGH confirman lo que millones de familias ya sabían en carne propia: la Cuarta Transformación sí puso en el centro a los más olvidados.
Mientras en sexenios pasados los gobiernos neoliberales le daban la espalda al pueblo y apostaban por el goteo de la riqueza (que nunca llegó), el Gobierno de López Obrador inyectó recursos directamente a las comunidades, a las juventudes, a los adultos mayores, a quienes más lo necesitaban.
Hoy, los resultados están sobre la mesa. No es ideología, es estadística.