La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aclaró que la reciente salida de Iberdrola México no obedece a ningún conflicto con el gobierno mexicano, sino a una estrategia corporativa de la empresa española, que decidió redirigir sus inversiones hacia otros mercados internacionales, particularmente Europa.
Durante su conferencia matutina “La Mañanera del Pueblo”, Sheinbaum informó que sostuvo conversaciones con directivos tanto de Iberdrola como de Cox, la empresa que adquirió los activos en México por un total de 4 mil 200 millones de dólares.
“No fue una decisión relacionada con algún problema que tuvieran con México, sino una decisión empresarial”, puntualizó la mandataria.
Sheinbaum destacó que la operación es muestra de confianza en el país. Cox —empresa con años de experiencia en México y capital principalmente español— apuesta por seguir desarrollando proyectos energéticos y de agua en el marco de la ley nacional.
“La compra de Iberdrola México por parte de Cox refleja certidumbre y confianza. Quieren seguir invirtiendo en México”, afirmó.
Añadió que la empresa adquirente se comprometió a operar con transparencia, cumpliendo con los procesos legales y fiscales correspondientes, incluyendo el pago de impuestos por la transacción.
La Presidenta también aprovechó para recordar que Iberdrola y otras empresas privadas se beneficiaron durante el periodo neoliberal de esquemas ilegales de autoabastecimiento, los cuales permitían a privados vender electricidad fuera del marco legal vigente en aquel entonces.
“Esas sociedades funcionaban incluso fuera del mercado eléctrico. Generaban en un punto, vendían en otro, y usaban las líneas de transmisión públicas como si fueran propias”, explicó.
Con la reforma energética del sexenio pasado y el rescate del sistema eléctrico nacional, el modelo cambió. Hoy, dijo, los privados pueden participar dentro de un marco claro, regulado y con límites definidos por el Estado.